Rafael Mies

“Ausente de la oficina”

La probabilidad de que “Ausente de la oficina” sea la respuesta...

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 16 de febrero de 2012 a las 05:00 hrs.
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La probabilidad de que “Ausente de la oficina” sea la respuesta mecánica que usted reciba si manda un mail en febrero es altísima.



Esto significa que en esta época mucha gente en Chile ha decidido poner una pausa a la rutina diaria y notificar al entorno que uno anda en cualquier parte y pensando cualquier cosa menos en el trabajo.

En lo personal también he dejado mi contestador automático del mail activado y, para todos los efectos, me he declarado un “Ausente” del trabajo.

Ahora bien, declararse ausente de alguna parte no es otra cosa sino declararse presente en otro lado y, bien vale la pena, pensar en qué parte sería bueno estar presente en esta fantástica época veraniega.

En mi modesta opinión, al menos tres territorios debieran ser objeto de una “presencia presente” obligada para aquellos que tienen la oportunidad de salirse de las urgencias diarias y adentrarse en el mundo de las cosas importantes.

En primer lugar, familia y amigos. Ellos son los grandes ausentes en la vorágine del tiempo laboral corriente. Particularmente en Chile y casi patológicamente en Santiago, la gente prefiere mil veces excusarse con la familia o suspender una reunión con amigos si el trabajo le impone algo distinto. La típica frase “me salió una reunión de último momento y no podré llegar” es un clásico que demuestra las verdaderas prioridades de muchos de nosotros de marzo a diciembre. Principalmente la familia, que siempre está dispuesta a ser postergada por temas laborales, merece sin excusas tener espacio en estas vacaciones para darle generosamente una presencia de calidad.

En segundo lugar, algún hobby o “interés inútil”, algo que no sirva para nada más que para el placer de hacer algo que nos gusta. Nuevamente el gran motor durante la época laboral es la “utilidad” de lo que hacemos. Esto sirve para… Con esto logramos aquello… etc. Esta manera de funcionar, declarando inútil todo aquello que no nos reporta algo concreto, puede conducir fácilmente a relaciones utilitarias carentes de humanismo tan importantes para nuestra felicidad.

Por último, un espacio para las artes y las letras. Ellas son, por definición, las más “inútiles” de todas las realidades y, por lo mismo, las que más llenan el alma humana cuando son contempladas o aprendidas. Es sabido que nada mejor que un buen libro para nutrir el espíritu, la imaginación y la memoria. No importa el género literario, el libro es siempre una puerta a lo trascendente y eterno. Por ello el alma humana descansa y se llena de energía una vez que su lectura ha finalizado. Lo propio sucede con las artes, el teatro, la música, la pintura y hasta el buen cine, todos ellos son fuentes de humanidad y descanso vital, fuentes de calidad de vida y de una mejor convivencia con el entorno.

Estar ausente de la oficina no es sino estar presente en lo importante. Por ello la invitación a reflexionar que es lo importante que estamos sacrificando durante el año y declararlo “presente” en este tiempo de mayor descanso.

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